Lo que antes era una ganga ahora se siente como un lujo. Muchos usuarios consideran que el precio rompe la promesa inicial del Game Pass: acceso masivo y asequible. En regiones como Latinoamérica, el golpe es más fuerte por la diferencia de ingresos y las limitaciones de pago. Además, la confusión sobre quién mantiene la tarifa vieja y quién no ha generado aún más descontento.
⚡ ¿Vale la pena seguir?
👉 Si eres jugador constante, aprovechas los estrenos, o juegas en la nube desde consola y PC, sí: el servicio sigue siendo potente.
👉 Pero si solo pruebas un par de títulos al mes o no usas las funciones “premium”, quizás te convenga bajar al plan Essential o buscar otras opciones.
Conclusión:
Este aumento marca un cambio de era. El Game Pass ya no busca crecer, sino consolidarse y ser rentable. Para los jugadores hardcore, sigue siendo un pase al paraíso digital. Pero para los casuales, es momento de hacer cuentas antes de presionar renovar suscripción.
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